El sol acaricia su cara
La brisa clara de la mañana
Añade una tristeza a su alma
Se había dormido,
Entre el llanto y el sollozo
La muerte entre su escudo y espada
Marcaban una lucha sangrienta
El guerrero se unió junto a un oscuro mago
En la travesía que llevaría al mundo a la guerra
Todo seria en busca de una armonía
Que quedaría para siempre perdida
Entre el fuego y los bramidos
De los dragones más feroces,
Se vieron acorralados en el tiempo
Obligados a marchar, a un destino sin final.
La luz cubría el baño de sangre
Que el mago y el guerrero habían provocado
En busca de una paz
Ya olvidada
Después de años de lucha inacabable
Vuelven los dos a la oscuridad
Envueltos en la sangre de los caídos
Encuentran un mundo ya extinguido.
Y enojados con ellos mismos
Por una terrible batalla sin sentido
Dan su vida a la muerte
Y se entregan al olvido.
Aquí en este poema los describo
Hijos de la oscuridad, les escribo
Luchando por una causa perdida,
En esta tierra, yo los revivo.